La Murga Arrebatando Lágrimas realizó su décimo “carnaval de locura” en el barrio Hipólito Yrigoyen, ante un muy buen marco de público. Fue bajo la consigna “Que florezca la MEMORIA”, donde realizan una contundente crítica a las medidas tomadas por el gobierno, entre ellas la reforma previsional. Arrebatando Lágrimas lleva 18 años de trabajo sostenido y con un fuerte compromiso social.
Nota//Jorgelina Perez para Planeta Cultural
Llegó el día…es sábado y ya está todo listo, las corridas de los murgueros que se realizaron hasta el último minuto para que todo esté preparado ya pasaron, el corte de pasto en la semana para montar el escenario – que también fueron a buscar – los contenedores, los baños químicos, las gradas con las cuales colaboraron clubes de la ciudad, la cantina con una banda de gente que ya es parte de la familia de Arrebatando, los banderines de colores, las lentejuelas, las banderas y la purpurina…todo está listo.
Ya comenzó a anochecer en Olavarría, son las 20.30, las gradas están en hilera sobre la vereda del CEC 802, sobre la calle Rufino Fal en el barrio Hipólito Yrigoyen, detrás la parrilla con el fuego encendido para los chori, en uno de los laterales el momo que será quemado cuando culmine la fiesta.
Frente a las gradas, el escenario con los micrófonos que expandirán la crítica murguera, el sonido de soundcheck y la iluminación de Tise y los banderines cuatricolores colgados en la calle también están preparados para largar con el carnaval, que es completamente autogestivo, a pulmón como dicen en el barrio, y eso es lo que llena el alma de admiración hacia la murga Arrebatando Lágrimas, como a otras tantas agrupaciones culturales de la ciudad.
Minutos más tarde comienza la celebración; y ya hay mucha gente, los tempraneros en las gradas y los otros con reposeras en el cordón de la vereda o en el piso. Los nenes empiezan a jugar con espuma entre ellos y de apoco se corta la calle a modo de abrazo de este carnaval murguero. Participan la cuerda de candombe Laten las Lonjas, Mechongué Eventos con los mellizos merienda que hace jugar a todos. Para ese tiempo ya todo el público presente se siente “adentro”, se siente protagonista del carnaval popular.
Luego llega el circo de Chamula con los malabares y las acrobacias de Glenda que deja a todos sorprendidos y le regalan un gran aplauso, en el cierre de la presentación todos a los laterales de la vereda, bien cerquita del cordón dice el maestro de ceremonias del circo, porque es peligroso y le recuerda a los chic@s “no lo tienen que hacer en casa al igual que las acrobacias, eso se estudia”… todos los que estaban sentados o parados sobre el asfalto se corren y llegan los malabares con fuego, impecables por cierto. Mientras se realiza la performance los niños susurran.
Como en todo carnaval de Arrebatando Lágrimas hubo homenajes, reconocimientos a los que no están y a los que siguen y se suman. Dos familias recibieron una distinción y fue el momento más emotivo de la noche.
Se abrió la calle dio paso a la batucada “Manitos Sucias” del barrio El Progreso, es un proyecto de inclusión, un grupo de chic@s que se juntaron a fines del año pasado y que debutaron en los pasados corsos oficiales, coordinados por la familia Sánchez.
Bailaron e hicieron sonar sus bombos, dieron sus primeros pasos en este carnaval popular y a su vez fueron la antesala de la murga.
A continuación, un pequeño impasse, los murguer@s todos al lugar previsto para comenzar su presentación. Están en círculo, todos.
Desde lejos se ve el brillo de las lentejuelas que decoran sus trajes. Empieza a hablarles Ariel Rodríguez – referente de la murga – están todos reunidos, empieza el ritual. ¿Qué es? El saludo murguero antes de empezar. Ariel habla, destaca al público, el esfuerzo por realizar a pulmón la celebración, AUTOGESTIÓN, solo con el aporte del trabajo colectivo y la familia murguera. Y dice algo más, “al saludo se lo dedicamos a Diego Robbiani”, (Secretario de Desarrollo Social del Municipio) que fue quién hizo la gestión para que la murga casi veinteañera estuviese en los carnavales oficiales finalizados recientemente.
Arrebatando Lágrimas es pionera en cuanto a carnavales se refiere en la ciudad, uno recuerda los años ´90 cuando no existían y estos murguer@s se juntaron y organizaron para que regresen los carnavales , eran pocos, pero fue tan intenso y pasional que dieciocho años más tarde son considerados referentes del carnaval y de la murga. Si bien hay otras agrupaciones que felizmente han surgido con el correr de los años, esta murga cuatricolor es la más antigua y parecía insólito que a 20 días del corso oficial no estuviese confirmada su participación.
El ritual termina al grito de MURGA y empiezan a desfilar banderas y el estandarte, detrás todos los murgueros y murgueras junto a su percusión, todos frente al escenario.
Llegó el momento de la crítica murguera, los que cantan sobre el escenario, los percusionistas a un lado y en el público unos cuantos teléfonos celulares captando el momento (del cual buena parte de los presentes había visto en los corsos oficiales, Sí este mugon denunció la reforma previsional allí).
Los murgueros están con carteles y capas blancas con imágenes divididos en dos grupos de cada lado del escenario y leyendas como: “Respeto a los derechos laborales”, “Qué pasó con el 82% móvil”, “Menos Censura, más diversidad”, Pobreza cero?, 100 años de deuda, “Pará la mano”, “Nunca Más”, “Ni Una Menos” y “ARA SAN JUAN”, entre otros.
Realizan su performance con una crítica contundente a las políticas del gobierno. Arrebatando Lágrimas una vez más se compromete hasta el hueso y dice lo que siente que tiene que denunciar y transforma y construye una reflexión, enfatiza en “que florezca la Memoria”, exige respeto a los derechos de los ciudadanos, pone el cuerpo y transgrede y con ello se reinventa y transmite y todos los participantes del carnaval popular son parte de la performance. Porque un carnaval no se observa, se vive.
Siguió la matanza de los viejos, con Daniela Rodríguez sobre el escenario. El homenaje a la MEMORIA y la participación e invitación a Carmelo Vinci (que se animó a bailar) y Gustavo Álvarez. Luego los viejos verdes, que son los que echan raíces, esos que cuidan nietos para que sus padres puedan ir a laburar y para terminar el turno de los viejos amarillos.
El carnaval continuó con la retirada de la murga, cantando y con “manos mariposa” para realizar la quema del momo construido por Aldo y Leo, previa lectura del testamento. Mientras los murgueros y el público rodeaban al momo, comenzaron a sonar los acordes de las primeras canciones de Kelo y Los Chubigalas, los encargados de cerrar la fiesta con un baile popular.
Arrebatando Lágrimas celebró su décimo carnaval, con coherencia, responsabilidad, pasión, esfuerzo y también la alegría que nunca falta cuando de lejos de ve un traje de murguero, una lentejuela, purpurina y suena un bombo. Solo resta decir “manos mariposa y que viva el carnaval”.
Fotos//Jorgelina Perez para Planeta Cultural