Se inauguró en el mes de octubre del año pasado. Desde ese espacio se busca la creación, la reflexión y la interpretación crítica.

En octubre del año pasado  la Unidad 38 de Sierra Chica inauguró el Pabellón 12,  un espacio que tiene a la lecto-escritura como herramienta clave de creación, reflexión e interpretación crítica. Fue uno de los últimos en incorporarse a este programa implementado por el Ministerio de Justicia en las cárceles del Servicio Penitenciario Bonaerense.  

 

“Escriba que somos un gran equipo de trabajo” dice César, uno de los referentes del Pabellón 12 cuando se le consulta sobre la importancia de este programa “estamos pensando todo el tiempo en crear, nos reunimos a hacer la tarea que nos dejan y aprendemos mucho” expresó.

Tal vez uno de los ejes centrales de esta propuesta es disminuir los índices de violencia y fomentar la lecto-escritura, pero hay mucho más por explorar. Al respecto, Matías Verna, Periodista, docente, coordinador de Prensa de la Unidad y del Pabellón Literario contó que “no dejamos de sorprendernos clase a clase, porque voluntariamente, concurren todos los lunes por la tarde, las profesoras Soledad Urbieta y Micaela Sbrancia y juntos elaboramos propuestas novedosas a partir de diferentes lecturas”. Textos de Liliana Bodoc, Eduardo Galeano, Hernán Casciari o Bernardo Penoucos, sumados a poemas de autores como Carlos Battilana, Elena Annibali, Nazim Hikmet entre otros. También evaluaron la idea de investigar las historias de vida de los integrantes del Seleccionado Argentino de Fútbol con el objetivo de reforzar el sentido de identidad.

 

Pabellon literario unidad 38

 

Soledad Urbieta contó su experiencia de concurrir al establecimiento penitenciario “es un desafío constante, es intentar convertirse en un espacio de pensamiento donde logren realizar una interpretación crítica y creativa” y agregó “aunque el poder transmitir y motivar resulte complejo, la palabra toma un sentido importante”.

Habitado con una población que ronda los 80 internos, el pabellón cuenta además con dos bibliotecas que se incorporaron al momento de su inauguración, a esto también se suman expresiones artísticas que se ven reflejadas en las paredes dando un color y un clima especial.

Por su parte Micaela Sbrancia dijo “es un reto continuo, es una experiencia poco común y eso es lo que la hace más interesante aún, es aprender día a día”.

Luego de cada encuentro, los alumnos refuerzan los conocimientos compartiendo experiencias personales a través de diferentes canales y formas de comunicación como música, pintura o expresiones corporales. El fuerte del grupo es reunirse los viernes por la mañana en el taller de alfabetización, hacer la tarea, compartirla y exponerla ante los docentes.

 

En estos 4 meses no solo se han cumplido los objetivos iniciales sino que varios privados de la libertad de otros pabellones desean formar parte de este sector.