Reyes Magos en Sierras Bayas: Una noche mágica para las infancias
Cada 5 de enero desde hace 60 años las infancias tienen una cita en Sierras Bayas, porque allí los “Reyes Magos bajan del cielo”. Esa es la sensación que vivencian quienes se acercan a la fiesta, fundamentalmente frente a la curva que hace el sendero entre la calle Aust y el trayecto al predio donde se halla el pesebre. En esta edición como en otras tantas, miles de personas asistieron para disfrutar del evento destinado a quienes ponen sus zapatos al pie del arbolito de navidad, junto algún cacharro con agua y pasto a la espera de un obsequio, a quienes esperan un saludo de esos personajes o simplemente tienen viva la ilusión.
La fiesta que es organizada por la Asociación Civil Fiesta Reyes Magos de la Parroquia “Cristo Rey”, con el acompañamiento del Municipio de Olavarría, comenzó temprano con el show de Circo Tabú y el paseo de emprendedores y emprendedoras. Alrededor de las 21 horas se dio paso a la narrativa y representación del pesebre viviente que concluyó con la llegada de los “reyes”.
El momento de la bajada es imborrable. El locutor convocó a las infancias a una cuenta regresiva, que fue coreada por miles de vocecitas. Apareció en escena desde lo alto de la calle Aust, una persona a caballo con la estrella iluminada que anuncia la llegada de los reyes. De pronto todas las miradas enfocaron en un solo lugar, esa calle por la que descenderían “Melchor, Gaspar y Baltazar”. Algunos/as más favorecidos/as que otros/as por la ubicación, de primera mano al paso de la calle serrana o frente al escenario para vivenciar ese momento en la pantalla.
La calle Aust a mitad de camino tiene reflectores lumínicos en los laterales, dispuestos ahí para la ocasión. A lo lejos y en lo alto en la oscuridad de la noche refleja una capa dorada y de apoco se ve que otras cosas con brillos se mueven. Recién al llegar a las luces el público infantil reconoce que ahí están los reyes que mágicamente parecen haber bajado del cielo.
Hacen todo el recorrido junto a su “séquito” de ayudantes, hasta llegar al sendero donde está el público y lo que sucede allí, es lo que le da sentido a la fiesta. Miles de manitos estiradas sobre las vayas a lo largo de todo el camino y de ambos lados para alcanzar a tocar, saludar o lograr una selfie con esos personajes esperados. Ojitos brillantes, sonrisas, emociones en miles de infancias al mismo tiempo, en una noche que sin dudas es mágica.
Una vez concluido el recorrido los tres “reyes” ingresan al predio donde está el pesebre para continuar con la liturgia de “adoración al niño Jesús”. En ese momento una marea humana (que estaba en los laterales de la calle Aust en el acceso al trazado) caminó por la calle para encontrar un lugar frente al escenario y los tres puestos donde se entregarían más tarde los regalos.
De forma impensada ocurrió una desorganización en el escenario, porque mientras los “reyes” realizaban el momento de “adoración” en el pesebre y debía estar toda la atención allí, le dieron en simultáneo paso al discurso del intendente Wesner, a la subsecretaria de cultura Sofía Arévalo y luego a una integrante de la Comisión que al tomar la palabra recordó que para la fiesta era un momento importante lo que estaba pasando en el sector del pesebre.
Tras esa situación desafortunada, – en la que no se entendió como sucedió – la fiesta continuó con el mensaje de los Reyes Magos para las infancias y la entrega de regalos. La fiesta concluyó con el show de Los Charros.