Trabajadores culturales mostraron malestar por las restricciones impuestas por la situación epidemiológica en la ciudad.En ese sentido buscan visibilizar que son más de 300 familias las que se ven afectadas por los cierres de eventos, ferias, talleres. Además piden que se los reconozca como trabajadores.
En las últimas horas se difundió un documento elaborado por trabajadorxs de la cultura olavarriense. El mismo surgió tras una reunión para aunar criterios frente a las restricciones impuestas por la Municipalidad por el incremento de casos de covid. Trabajadorxs plantean reclamos puntuales: la emergencia cultural, indemnizaciones y subsidios, habilitaciones de ferias y la apertura de talleres con protocolos. Cabe destacar que las actividades fueron suspendidas por Decreto Municipal hasta el 19 de abril.
La medida anunciada el lunes por la noche por el intendente y publicada en el Decreto que se conoció en las últimas horas fue un baldazo de agua fría para trabajadorxs de las distintas disciplinas de la cultura local. Artistas, feriantes, espacios culturales dependen de si mismos de lo que recaudan en los espectáculos o actividades que ofrecen y que la comunidad disfruta. Por la pandemia han sido unos de los sectores más golpeados durante 2020 y este año sólo pudieron concretar un par de eventos. Es por ello que intentan visibilizar la situación. Sostienen que son más de 300 familias las afectadas por los cierres de actividades. De hecho piden ser considerados como trabajadorxs.
Se adecuaron a los protocolos y los mismos se cumplieron con mucho esfuerzo, sostienen. Y si bien la situación epidemiológica es complicada entienden que son sus fuentes laborales y el sostenimiento de los espacios lo que está en juego.
El comunicado completo:
“En el día de la fecha nos auto-convocamos en Asamblea Permanente lxs Trabajadorxs de la Cultura frente a la Emergencia Cultural que se agrava ante la decisión del municipio de cerrar las actividades artísticas y culturales.
Desde la llegada de la pandemia lxs feriantes, musicxs, espacios culturales autogestivos, artistas callejeros e independientes fuimos lxs primerxs en ser impedidxs en realizar nuestras tareas como lo hacíamos cotidianamente; debiendo reinventar nuestro trabajo, a través de un proceso de creatividad y reestructuración, y afrontando el contexto con mucha dificultad y desgaste. Siendo además lxs últimos a lxs que se nos permitió funcionar (recién en el mes de febrero pudimos abrir las ferias, los espacios culturales y, por ende, los talleres y las actividades públicas como música y teatro).
Somos uno de los colectivos más precarizados ya que la mayoría de nuestros trabajos no se adecúan ni pueden desarrollarse en la virtualidad. Si nos cierran y no podemos trabajar NECESITAMOS que nos garantice el Estado un salario mínimo para poder satisfacer nuestras necesidades básicas. La medida arbitraria tomada por la municipalidad implica para nosotrxs quedarnos sin trabajo y tener que pensar una vez más cómo sostener la economía de nuestras familias, de nuestros hogares y de nuestros espacios. Es de importancia recalcar que somos trabajadores y trabajadoras, que nos sostenemos diariamente con los talleres, eventos, ferias, etc. y que necesitamos trabajar. Comunicamos que tenemos los mismos derechos que cualquier otra persona o sector de la comunidad y que el cierre de las actividades equivale a una precarización extrema de nuestra economía.
No somos foco de contagio como se pretende instalar en la sociedad ni tampoco somos responsables de la ola masiva de contagios de la ciudad. En los dos meses que pudimos trabajar respetamos los protocolos sanitarios: distanciamiento, higiene, control de temperatura y listado de personas. No comprendemos el por qué de dicha medida ya que en ninguno de nuestros eventos hubo contagios.
En el caso de los espacios culturales y las ferias que se desarrollaron en espacios cerrados funcionamos con el 30% de la capacidad lo que implicó mayor dificultad para sostenernos y menores ingresos para lxs artistas y feriantes que trabajaron en cada fecha. Este número disminuye altamente la capacidad de recaudación. A esta situación se le suman los 10 meses que estuvimos sin ingresos, las deudas y dificultades que acumulamos.
La imaginación es una carta a favor con la que contamos pero tiene sus límites y la capacidad de regenerarnos también se satura. Las actividades culturales, los talleres y los espacios creativos son necesarios para discutir colectivamente con el virus y crear hábitos saludables frente a la ola masiva de miedo y paranoia que se pretende instalar. Por esto nuestro trabajo es esencial.
Somos más de 300 las familias afectadas por el cierre de las actividades culturales. Escribimos estas líneas desde un lugar de tristeza, bronca e inseguridad. Apelamos a que no solo el municipio, sino también el resto de la sociedad, considere nuestra situación y sepan que la cultura y el arte son un trabajo, no un hobby o entretenimiento de fin de semana. Queremos trabajar, debemos hacerlo y es un derecho que el Estado debe garantizarnos.
– Que se pronuncie la emergencia cultural en la ciudad de Olavarría
– Indemnización y subsidios mensuales para todxs lxs trabajadores de la cultura que se vieron y se ven afectadxs por el nuevo cierre
– Subsidio para alquiler y para el sostenimiento de los espacios culturales autogestivos.
– Habilitación de ferias con protocolos establecidos
– Apertura de talleres culturales con los protocolos”.